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domingo, 19 de febrero de 2012

Relámpago sobre el agua.


Película-documental alemán y sueco rodado en Nueva York que dura 91 minutos. Es de 1980.

Por Antonio Fernández Munárriz.

La dirige Wim Wenders junto a un Nicholas Ray agónico. Una dirección atípica debido al pésimo estado de salud del director de “Rebelde sin causa” (1955) o “55 días en Pekín” (1963), entre otras películas. Wim Wenders es un cineasta alemán admirador de Ray y ya consagrado cuando realizó esta cinta. “Relámpago sobre el agua” se grabó en un espacio de tiempo corto, justo antes de que el alemán comenzara a rodar “Hammett” (1982).
Portada del DVD.


Su comienzo es de falso documental: Wim Wenders visita de una manera sorpresiva a su amigo y admirado Nicholas Ray en su domicilio de Nueva York. Salvo estos primeros minutos estamos ante el espectáculo-documental de los últimos momentos de Ray. Nicholas Ray, enfermo terminal de cáncer, nos hace un retrato de su vejez y enfermedad. Junto al grupo de técnicos que participa en el rodaje, la joven pareja de Ray y el propio Wim Wenders nos introducen en el día a día de un enfermo que le queda poco tiempo de vida.
Resulta duro. Rodarlo es una delicada misión que por momentos genera preocupación en el director alemán. Más tarde declaró que no era una película para exhibirla por televisión, solo en las salas de cine para propiciar el recogimiento que amerita. Tras estrenarla en Cannes, en una versión más extensa, decidió reducir su duración; debido a las críticas recibidas.
Carátula del DVD.
Este documental de los últimos momentos del “maestro” retratados por su “pupilo” no se puede entender sin la presencia de una leyenda del cine y su heredero cinematográfico. Si fueran dos desconocidos y anónimos protagonistas, esta película no tendría ningún interés.


En un breve espacio de tiempo vemos a un Nicholas Ray cada vez más débil. El cáncer actúa muy rápido y de una manera cruel. Pero en este retrato del sufrimiento vemos risas, amor y momentos de absoluta vitalidad. Junto a su joven pareja, Susan Ray, hay momentos para pensar en un futuro, aunque sea de días.
La muerte se presenta como camino y así se representa en su último viaje: Un barco de vela chino lleva sus cenizas. Las gracias físicas divinas (sanaciones) están fuera de lugar en un retrato humano alejado de supersticiones y mojigaterías ligadas a la religión. Libre de hipocresía, Ray encuentra en sus amigos, pareja y su gran obra el apoyo que necesita.
El Sábado 4 de Febrero; la película fue presentada y hubo posterior coloquio, como ocurre siempre en la primera sesión de los Sábados en la Filmoteca de Cantabria, por Fernando Ganzo y José Luis Torrelavega.
Escenas de la película:



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